Traductor

jueves, 11 de abril de 2013

No lo tires,dámelo


Dentro de la terminología que cada día nos invade de nuevos hábitos, sistemas o productos se están imponiendo algunas que me parecen muy interesantes sobre las que hablar, como el “coworking” el consumo colaborativo o el “Crowdfunding”.

Este último término, que ha sido acuñado para definir la unión de personas que buscan recursos para financiar proyectos de forma colectiva, unidos por unos mismos intereses en buscar que un proyecto salga adelante, se está imponiendo poco a poco en muchos países. Así, multitud de soñadores están consiguiendo que sus proyectos encuentren una vía de financiación por un lado y unos clientes objetivos por otro.

Muy interesante para aquellos que tengáis ideas para nuevos proyectos el poder visitar www.verkami.com o goteo.org.

Pero uno de los temas que más me atraen es cómo conseguir ser más eficiente en todos los aspectos. Y ya que el primer principio de la eficiencia energética es “la mejor de las energías es aquella que ni se usa ni se consume”, trato de aplicar el principio a otros aspectos. Y aquí es donde tiene sentido hablar del consumo colaborativo o la “economía compartida”.

Y es que el proceso de usar y tirar en el que hemos entrado, fruto de un proceso de consumo que no tiene fin, se enfrenta de forma muy clara con los problemas ambientales que estamos viviendo. Los recursos son finitos pero actuamos como si fueran infinitos, lo que produce problemas ambientales, económicos y sociales.

El poder compartir desde nuestro coche -como puedes hacer en socialcar.com, en carpooling.es o en blablacar.es- a  nuestra casa -en knok.com o en airbnb.es- nos reporta un ahorro económico o una entrada de dinero, que además produce “eficiencia sostenible” en el proceso. ¿Por qué dos vehículos haciendo el mismo trayecto ocupados por tan solo una persona cuando la capacidad es muy superior ? 

Y con esta reflexión nos encontramos multitud de plataformas que están naciendo, donde el concepto “lo que a mi no me sirve pero a ti quizás si” está consiguiendo que los productos se reutilicen y, por tanto, evitemos productos nuevos y con ello sus consumos de energía, materias primas y emisiones de CO2.

Y es que, al pensar cómo tiramos el televisor en blanco y negro de la casa de nuestros abuelos, cuando ahora los veo a modo de decoración en algunos hoteles de diseño en las zonas más “chic” de Nueva York, Ámsterdam o Berlín, me pregunto con cuántas de las cosas que ahora no uso podría yo contribuir a ayudar a alguien para que éste no tenga la necesidad de comprar algo que ya existe.....

No son solo emisiones de CO2; es algo más .....


Hotel Michelberger Berlín

Por cierto, si vais a Berlín no dejéis de visitar un hotel con todos sus muebles  reciclados michelbergerhotel.com )

No hay comentarios:

Publicar un comentario